Monday, December 04, 2006

La chica del bar

La chica de la cafeteria era hija de la propietaria , eso lo vi yo al primer vistazo. Y la verdad es que para ser madre e hija se llevaban bastante bien más aún si tenemos en cuenta que las dos llevaban la marca de la histeria, una pequeña arruga en la parte inferior de una de las comisuras del labio que las delataba como histericas incurables. Aquella marca la conocia yo muy bien pues ,muy a mi pesar, mi madre también la poseía y lo que en su juventud habia sido una pequeño surco ,casi gracioso, se habia convertido a lo largo de los años en una arruga mas que perceptible.
Asi pues,sadisfecho de mi descubrimiento, me acomodé en una de las mesas y desee que fuera la hija quien viniera a solicita mi pedido pues, al fin y al cabo, era ella el fin último de mi visita a aquel establecimiento. Era morena y su piel blanca , no muy alta ,pero estilizada y los ojos los tenía grandes y negros y en ellos habitaban unas pupilas enoromes que le conferian un aspecto místico .Sus senos eran grades y si te fijabas pareca que su ser temblara a cada instante.´No estuvo mucho en venir, se acercó a la mesa con un pequeño blok y un boli.
-Quieres algo? - me dijo.Su voz sonaba quebrada, tal vez un poco chillona, y en ella se podia adivinar una personalidad voluble ,pero a la vez decidida.
-Un cortado , porfavor- me miró a los ojos durante un instante miendras asentia y luego se fue, graciosa y encantadora, a hacer el encargo.
Yo, por mi parte, cogí una revista cualquiera y haciendo como si leiera , me puse a rumiar. Aquella mujer era escepcional, pero que esperava yo de todo aquello, sin duda mi personalidad romantica me había vuelto a engañar. En mis delirios habia imaginado que por algún capricho del destino nos enamorariamos y que yo al fin podria disfrutar de un pequeño romance mas o menos sadisfactorio. Pero aquello era ,sin lugar a dudas, una necedad. Con mi timidez nunca me aventuraria a cruzar con ella una palabra y ella ,por su parte, nunca se fijaria en un pobre desquiciado como yo. Rabioso y enfadado me tomé el cortado de un trago, que por cierto me había traido la madre, y me me levante para ir a pagar. Asi fue que al levantarme fui testigo de uno de los espectaculos mas tristes de mi vida: sentados de uno en uno , habia hombres de todas las edades tomando un cortado y fumado, mientras sus ojos sedientos y brillantes buscaban desesperadamente las pupilas de la chica del bar.