Yo y las Gordas

Hacía 2 horas que estaba tumbado sobre la cama esperando a que todo llegase a su fin , sin embargo ese dichoso traqueteo no cesaba "TUP… TUP… TUP… " siempre el mismo: sincopado aburrido y lento, lentísimo. Parecía que después de cada TUP todo tuviera que terminar, pero al final otro TUP igualmente retardado seguía al primero. Al principio todo aquello me había hecho gracia, pero ahora ya empezaba a sentir un poco de lastima por mi pobre amigo Salva.

Cerré los ojos y le vi ; diminuto y encorvado ,inclinado sobre un vientre abultadísimo y creando a cada TUP!! grandes olas de grasa en las ingles de una puta enorme y demasiado barata. Le imaginé sudoroso y cansado, sin ganas de correrse, sin ningún placer, con la polla casi muerta y con el miedo que puede tener cualquier hombre a que una mujer gorda y fea se ría de su virilidad.

Como la cosa no tenia pinta de parar , me levante de la cama y fui a la cocina a coger algo , quedaban algunas salchichas precocinadas , un poco de patatilla rancia y algo de cerveza , aquello no era un palacio. Lo cogí todo y me fui a comer al sofá , encendí la tele.

Al cabo de un rato oí como la gorda salía del cuarto de Salva “al fin acabó” pensé. Giré la cabeza y vi algo realmente increíble. Aquella mujer llevaba a mi amigo encerrado en una jaula!! Salva había encogido hasta medir poco mas de dos palmos y ahora se encontraba empotrado en una jaula de canario, estaba medio agachado pues el espacio era pequeña incluso para él, sus diminutos brazos abiertos colgaban de cada lado de la gavia , otorgándole un aspecto de Mártir. La mujer llevaba aquella prisión móvil como si fuera un bolso. Me levanté sin saber muy bien que hacer.

- Que coño pasa aquí?!
- Me voy a llevar a este chico – me dijo mientras se colocaba aquellas enormes tetas.
- Como?? Nada de eso!! –dije no muy seguro. No entendía nada.
Ella me miro como si quisiera matarme , yo sentí miedo
-Déjala , yo quiero ir con ella –era Salva desde su jaula.
-Que?!
-Me he enamorado, quiero estar con ella-Su voz también había cambiado , parecía la de un niño. La gorda sonreía orgullosa.
-Salva , pero que dices?! Esta jodida te ha secado entero , mírate, das pena.
Salva suspiro.
-Ya lo entenderás , algún día tú también encontrarás el amor, luego lo entenderás todo.
Me quedé sin palabras
-Despídete de los otros de parte mía, vale? Tal vez pase algún día a veros. Adiós

Ni tan siquiera tuve tiempo de contestar. La gorda emprendió su carrera hacia la puerta, la abrió, la atravesó y la cerró. A Salva ya no lo vi nunca mas, pero aun tuve que soportar a muchas otras gordas Vinieron todas de una en una, tocaban a la puerta, se les abría y siempre acababan llevándose a alguien. Vinieron una a una, hasta que me quedé solo.